El cuento de Paco Perverso.
Paco Perverso fue a comprar fresas.
Con su zumo pintó de sangre las paredes.
Con sus hojas colmó de laureles su cabeza.
Paco Perverso jamás amó a nadie.
Por cien euros compró una puta nigeriana.
Colgó manzanas de sus brazos esposados
(brillaban los azotes de la calle).
Paco Perverso arañó su conciencia desentrenada.
Tan baratos estaban los clavos ardiendo
que hizo una cruz con sus verdades.
La puta nigeriana que se vendió por cien euros
murió por cien euros.
Paco Perverso no pudo pagar los azotes apresurados.
Paco Perverso pintó de rojo las paredes.
Y en su tambor de piel negra bien tensada
declaró su inocencia, su "la maté porque era mía"
en un programa de Telecinco.
Con su zumo pintó de sangre las paredes.
Con sus hojas colmó de laureles su cabeza.
Paco Perverso jamás amó a nadie.
Por cien euros compró una puta nigeriana.
Colgó manzanas de sus brazos esposados
(brillaban los azotes de la calle).
Paco Perverso arañó su conciencia desentrenada.
Tan baratos estaban los clavos ardiendo
que hizo una cruz con sus verdades.
La puta nigeriana que se vendió por cien euros
murió por cien euros.
Paco Perverso no pudo pagar los azotes apresurados.
Paco Perverso pintó de rojo las paredes.
Y en su tambor de piel negra bien tensada
declaró su inocencia, su "la maté porque era mía"
en un programa de Telecinco.
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Brisa -