Luz
Como el tibio sol del amanecer,
entre la escarcha azul y sucia,
has venido a templar al vagabundo
que hace tiempo que perdió el camino.
De noche te intuyo, calor que perdura,
de día te sé, soberbio y sutil,
desbrozando los edificios que impiden que te mire.
Sé que has venido a rescatarme
con una sonrisa de luz,
pues luz eres,
vibrante, sereno, cálido e imponente.
Déjame agostarme a la sombra
del que luz es (sombra cálida),
para poder ser la línea alargada
del árbol al sol de la tarde.
Sombra que marque por dónde puedes andar.
Sombra que sea camino entre tanta luz,
y tú,
luz que abra el camino
del que sólo sabe ser cobija ennegrecida
(oscura pero cálida)
que abrigará el corazón frio del sol.
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